De andares en la ciudad...

Ángel lánguido y roto, infestado de tumores; en su recoveco de asfalto, una delgada capa de resabios diurnos: la hojalatería de viejo, el plástico bien muerto, la sangre de una novia robada, el aliento a recuerdo de un paseo fugaz y distraído, la impaciencia de la lluvia.

Silencio de gatos mirando lunas plateadas.

Comentarios

Entradas populares