Me desaté. Me abandoné del todo y fui.
Hacia los placeres, que medio reales,
medio imaginados en mi cerebro estaban,
fui en la noche iluminada.
Y bebí licores fuertes, como
los que beben los temerarios de la voluptuosidad.
Constantin Cavafis
Hoy fui a platicar con la Rimka, resuelta finalmente a visitarla en su corazón y casa. Me encanto siempre con las conversas de los amigos; porque los amigos son --como dijo Robert Lowell-- tan, pero tan espeluznantemente bellos... porque la belleza vive en el frotar las almas unas contra otras; en el blandirse cuerpo a cuerpo sin capa sin espada, sin armas. Defenderse, temer no sirven para nada. El riesgo navega en todos los ríos de los placeres; en las orillas está el miedo.
No esperas nada de Rimka, Rimka no te pide nada. Y así, estando lejos, estamos siempre cerca, y si nos encontramos, estamos y nos disfrutamos. Y yo disfruto mucho la parlata, el danzor, la musicata; el café y el cigarro; su casa, su terraza llena de sol, aire, caracoles, plantas; sus habitaciones llenas de cajitas, libros, fotos, juguetes y muñecos; el mosaico de colores en el baño, y la cajita de gelatinas donde ponen el teléfono; su historia siempre rellenita de dulces juegos; los arrumacos del Pancho y la distancia sabia de la Bicha, los coletazos y las olidas de cola de la Ritamargarita; un gallo, un chela, una discada dominguera con Andrés.
Soy muy feliz de que Rimka. Rimka me trajo a casa, y yo me la traje conmigo.
Rimka es vecina de mi corazón y mi historia. Abre sus ventanas y yo entro flotando. Abro mis ventanas y ella entra volando. Trajo un par de tazas a mi casa. A veces pasan meses en que no nos hablamos, no nos encontramos. No pasa nada. No requiero nada. La tengo toda ya en los cinco minutos. Nunca la extraño. Sólo días como hoy digo "quiero verte, voy a verte", y la miro trabajando, hablando por teléfono. Rimka escucha, pregunta, increpa, duda, ay!, plantea. Hoy, por ejemplo, estábamos reactualizando el Ejército de los Corazones Abiertos, que había incumplido su misión por dimisión o deserción de sus miembros. Todavía no estamos seguras de naaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaada. Pero hablamos de la necesidad de volver a la carga. El amor no es un juego cruel, una definición, una firma, engaños subterráneos, exigencia, chantaje, desencuentro sexual, decepción dolorosa. El amor no castra, no sangra, no mata. El amor no es ruina nunca. Dijo André Breton: "Lo que amé, lo sigo amando".
La pasión es otra cosa, otra cosa nostra, otra costra. Gozosa a veces, preciosa siempre. Pero agüitas dulces con la pasión que es incidiosa... Obsesión de repetirse hasta el hartazgo en el otro, de ser de otro, de poseer al otro, es la pasión funesta de quien quiere matar, morirse, enjaular o vivir enjaulado.
Hoy yo no quiero eso. Hoy yo quiero ir el sábado con Ana a encontrar por azar el lugar a donde vamos a ir a pasear. Hoy yo quiero el viernes que pasó, 15 viernes de mi vida de esos. Hoy yo quiero el futuro incierto. Hoy yo quiero la memoria vertida en la calle, en la plaza, en el Tapanco, en los cuadernos. Hoy me desvelo furiosamente alegre, locamente así sin pena. Me gusta en el fondo esa mi desprestigada manera de navegar sin planes reales. Me gusta en sus formas la desordenada manera de mi cuarto. Me gusta el silencio ante los sentimientos innombrables. Me atrevo en la oscuridad.
Sólo hay faros en los puertos. En tierra o mar son andares a las tientas y las ciegas. Me dirijo hacia la esquina del planeta. Mi cuerpo sigue temblando. Estoy viva y coleando.
Hacia los placeres, que medio reales,
medio imaginados en mi cerebro estaban,
fui en la noche iluminada.
Y bebí licores fuertes, como
los que beben los temerarios de la voluptuosidad.
Constantin Cavafis
Hoy fui a platicar con la Rimka, resuelta finalmente a visitarla en su corazón y casa. Me encanto siempre con las conversas de los amigos; porque los amigos son --como dijo Robert Lowell-- tan, pero tan espeluznantemente bellos... porque la belleza vive en el frotar las almas unas contra otras; en el blandirse cuerpo a cuerpo sin capa sin espada, sin armas. Defenderse, temer no sirven para nada. El riesgo navega en todos los ríos de los placeres; en las orillas está el miedo.
No esperas nada de Rimka, Rimka no te pide nada. Y así, estando lejos, estamos siempre cerca, y si nos encontramos, estamos y nos disfrutamos. Y yo disfruto mucho la parlata, el danzor, la musicata; el café y el cigarro; su casa, su terraza llena de sol, aire, caracoles, plantas; sus habitaciones llenas de cajitas, libros, fotos, juguetes y muñecos; el mosaico de colores en el baño, y la cajita de gelatinas donde ponen el teléfono; su historia siempre rellenita de dulces juegos; los arrumacos del Pancho y la distancia sabia de la Bicha, los coletazos y las olidas de cola de la Ritamargarita; un gallo, un chela, una discada dominguera con Andrés.
Soy muy feliz de que Rimka. Rimka me trajo a casa, y yo me la traje conmigo.
Rimka es vecina de mi corazón y mi historia. Abre sus ventanas y yo entro flotando. Abro mis ventanas y ella entra volando. Trajo un par de tazas a mi casa. A veces pasan meses en que no nos hablamos, no nos encontramos. No pasa nada. No requiero nada. La tengo toda ya en los cinco minutos. Nunca la extraño. Sólo días como hoy digo "quiero verte, voy a verte", y la miro trabajando, hablando por teléfono. Rimka escucha, pregunta, increpa, duda, ay!, plantea. Hoy, por ejemplo, estábamos reactualizando el Ejército de los Corazones Abiertos, que había incumplido su misión por dimisión o deserción de sus miembros. Todavía no estamos seguras de naaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaada. Pero hablamos de la necesidad de volver a la carga. El amor no es un juego cruel, una definición, una firma, engaños subterráneos, exigencia, chantaje, desencuentro sexual, decepción dolorosa. El amor no castra, no sangra, no mata. El amor no es ruina nunca. Dijo André Breton: "Lo que amé, lo sigo amando".
La pasión es otra cosa, otra cosa nostra, otra costra. Gozosa a veces, preciosa siempre. Pero agüitas dulces con la pasión que es incidiosa... Obsesión de repetirse hasta el hartazgo en el otro, de ser de otro, de poseer al otro, es la pasión funesta de quien quiere matar, morirse, enjaular o vivir enjaulado.
Hoy yo no quiero eso. Hoy yo quiero ir el sábado con Ana a encontrar por azar el lugar a donde vamos a ir a pasear. Hoy yo quiero el viernes que pasó, 15 viernes de mi vida de esos. Hoy yo quiero el futuro incierto. Hoy yo quiero la memoria vertida en la calle, en la plaza, en el Tapanco, en los cuadernos. Hoy me desvelo furiosamente alegre, locamente así sin pena. Me gusta en el fondo esa mi desprestigada manera de navegar sin planes reales. Me gusta en sus formas la desordenada manera de mi cuarto. Me gusta el silencio ante los sentimientos innombrables. Me atrevo en la oscuridad.
Sólo hay faros en los puertos. En tierra o mar son andares a las tientas y las ciegas. Me dirijo hacia la esquina del planeta. Mi cuerpo sigue temblando. Estoy viva y coleando.
Comentarios
Saludos sobreoceánicos y abrazos múltiples. Te alcanzo a través de éste, mi nuevo proyecto... que ya va germinando. Lento, pero seguro.
Seguimos viviéndonos, aunque sea de manera cibernáutica.
Daniel.