Tras la luz hay un misterio;
tras mis preguntas al tiempo, yo.
Lo real duele. Pero la risa se me deja venir
en cualquier momento
y me aligera, me desparpaja, me descuaderna, me desarma, me desata. Después de que se va todo es más calmau,
más pacífico, que se duerme hasta la curiosidá.
El sueño hace venir al sueño.
Y ese descanso profundo, me permite caminar todos los días, buscando recovecos de mi ciudad para coger atardecer.
Cojo atardecer y ya la noche es calma.
Otro gallo me canta cuando me toca huelga, que es casi diario.
Ahora uso el color y la geometría para desterrar demonios.
Saludos a todos.
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