lichiambulación

Tuve un día espeso.
Transité de la desconfianza, la incredulidad y la mediocridad de mi convicción la confianza segura, la fe en lo posible y la prestancia para caminar firme hacia mis sueños y deseos. Y luego al revés otra vez. El transito de aquí a allá me espantó. Luego razoné, y se me fue el espanto. Y estuve contenta por poder ir y volver. Cuando me senté quise asentarme. Quise escribir todo lo que bien concienzudamente preparé mientras venía, pero --al intentarlo-- lo olvidé todo, y casi rompo en un estúpido llanto. Ahora trato de sudar la noche, de postergar la lamentación, pero también de transparentar el sentimiento, para aclararme.

La cabeza con sus ejercicios racionalizadoras en veces puede ser un maldito cuchillo de palo.

La amistad es una gran amiga, y el amor lo único que cura y salva. Es tan simple, carajo. Tan a la vuelta de la esquina. La cosa es... ¿para dónde quieres caminar? ¿A dónde vas?
¿A dónde voy?

¿Qué estoy buscando?

¿Por qué me detengo a pensarlo tanto?

Es que sos distraída, mi reina...

Y sí, y la proliferación alrededoriana me pasma

Es tu oposición saturniana; te me neptuneas, carnala

Sí, pues

Andá, boluda, respondéle a Iudi y al Lobo... verás que se calmiclarifica la onda.

Ta bueno, pues

Comentarios

Rot dijo…
eh, boluda... también respondéle al rot sus mensajines.

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