Raúl Garduño




Todocomienza, todo termina ahora
todo pasa frente a mí como si se tratara de no olvidar nada.
Esta ciudad caminando hacia sus maldiciones, hacia sus bodegas
donde el sol es un huésped que trae la noticia
la decisión tomada en algún lugar, por algunas gentes
que no saben qué hacer con esa palabra ahogándose en el quicio de la memoria
pero que tiene que ser dicha. levantada: lámpara de oro o pequeño fuego en manos de ausencia
hasta los alcances de esa soledad, aguja en los ojos, sobre la mesa, sobre todo.
No sé. Ya nadie sabe. Palabra sola única, brillo de luz sobre la luz.
Sería la palabra, la que se lleva dentro cuando se parte hacia el silencio,
sería el ruido de la lluvia mojando tu casa con tierna furia,
pero una palabra, al fin sola, un levantamiento de amor, un grito,
tal vez el ademán que dejaste en el viento y que ahora es ave que te busca.
Tú fuiste esa manera de caminar que tienen ciertas barcas lejanas,
tú fuiste el calor y el incendio definitivo en tus manos
y la enorme tentativa de una tierra que sólo tu nombre supo.

Raúl Garduño. 1969

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