Buenos Aires 1
Hoy se libra una guerra en el campo, nadie entiende por qué. Matan a los campesinos, a los que cuidan el bosque y a los que pescan en los últimos ríos. Ya no consideramos sagrada la tierra que nos alimenta y nos abraza. Ya no tocamos, siquiera, la tierra.
Para qué pensar, para qué decir, por dónde hacer, por dónde ir, cómos, conquienescuándos.
Ninguna pregunta hemos podido resolver, y ya estamos llegando.
Ni juntos, ni solos, ni separados, ni acompañados. De ahí no han venido respuestas.
Pero algo habita ahí también. Somos nosotros. Despertándonos juntos. Abrazándonos. Estamos queriéndonos. Eso es nada, comparado con los problemas del mundo, pero es todo en el universo que somos cuando nos queremos.
Ahí está la grieta de un camino por el que vamos muy rápido. Ahí está la entrada que nos llama. Un huequito que, de oscuro, nos invita a meternos, a no llegar a la estación, a no seguir el mismo recorrido de siempre, así porque sí.
Es un conejo que no se hace como el que no ve a Alicia. Es un conejo que la llama risueño, al contrario del cuento. Y ella no puede resistirse. No puede decir que no, porque Alicia siempre va detrás de su conejo con prisa, a ver quién no cumpleaños hoy en el juego de té.
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