COLUMPIOS -2-
Los columpios no son noticia,
son simples como un hueso
o como un horizonte,
funcionan con un cuerpo
y su manutención estriba
en una mano de pintura cada tanto,
cada generación los pinta
de un color distinto (para realzar su infancia)
pero los deja como son,
no se investigan nuevas formas de columpios,
no hay competencias de columpios,
no se dan clases de columpio,
nadie se roba los columpios,
la radio no transmite rechinidos de columpios,
cada generación los pinta
de un color distinto para acordarse de ellos,
ellos que inician a los niños en los paréntesis,
en la melancolía,
en la inutilidad de los esfuerzos para ser distintos,
donde los niños queman sus reservas de imposible,
sus últimas metamorfosis,
hasta que un día,
sin una gota de humedad,
se bajan del columpio hacia sí mismos,
hacia su nombre propio y verdadero,
hacia su muerte todavía lejana.
Fabio Morábito - Egipto/México - 1955
Los columpios no son noticia,
son simples como un hueso
o como un horizonte,
funcionan con un cuerpo
y su manutención estriba
en una mano de pintura cada tanto,
cada generación los pinta
de un color distinto (para realzar su infancia)
pero los deja como son,
no se investigan nuevas formas de columpios,
no hay competencias de columpios,
no se dan clases de columpio,
nadie se roba los columpios,
la radio no transmite rechinidos de columpios,
cada generación los pinta
de un color distinto para acordarse de ellos,
ellos que inician a los niños en los paréntesis,
en la melancolía,
en la inutilidad de los esfuerzos para ser distintos,
donde los niños queman sus reservas de imposible,
sus últimas metamorfosis,
hasta que un día,
sin una gota de humedad,
se bajan del columpio hacia sí mismos,
hacia su nombre propio y verdadero,
hacia su muerte todavía lejana.
Fabio Morábito - Egipto/México - 1955
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