Otro llamado
Muchos pensamos seguir el boicot contra productos
gringos este 1° de mayo, en solidaridad con la lucha
de nuestros hermanos migrantes en EU. Sin embargo, tal
vez y sólo tal vez, habría que tomar en serio las
palabras del veterano jaramillista y mayor honorario
del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, don
Félix Serdán, pronunciadas en Acapatzingo, Morelos,
este 10 de abril, en un mitin donde estaban residentes
de un barrio lujoso, ambientalistas, la caravana de la
Otra Campaña, los macheteros de San Salvador Atenco,
los comuneros autónomos de Zirahuén y otros grupos,
rindiendo homenaje luctuoso a nuestro general en jefe
Emiliano Zapata, cuando dijo: «Estoy en disposición de
ir hasta el fondo si es necesario. Estoy con ustedes»,
(Bellinghausen, H., La Jornada, 11/4/2006).
Esto implica, entre muchas otras cosas, revisar
nuestra experiencia. La vez pasada, cuando intentamos
boicotear los productos gringos por la invasión a
Irak, nos limitamos a los medios convencionales y la
discusión se quedó entre los lectores de La Jornada y
algunas listas en internet, para simplificar el
absurdo, y más que boicot logramos un gran secreto.
En Nueva York, ese mismo día, en una marcha por el
respeto y dignidad para los migrantes, donde se
calcula asistieron 125 mil personas de todos los
rincones del planeta, Joel Magallán, director de la
Asociación Tepeyac, invitó a todos a un paro nacional
en EU el 1° de mayo y lo justificó: «Parar al país
para que sepan quiénes somos» (Brooks, D., La Jornada,
11/4/06). Esto es, tenemos una buena oportunidad para
medir fuerzas con el Imperio. La situación es
propicia. Senegaleses, iraquíes, portorriqueños,
irlandeses, palestinos y mexicanos dicen: «Sí se
puede.»
Tomemos las calles, las plazas, las oficinas y las
aulas. Utilicemos todos los pasillos. Tomemos lo
nuestro. Comuniquemos nuestros planes a quienes
también son Nosotros. Y toquemos el nervio central del
Enemigo.
Hay un llamado que viene de abajo y de todos lados. En
todas las lenguas. El cambio no está en las
triquiñuelas de los partidos políticos ni en las
burocracias “alternativas”, y lo sabemos desde hace
tiempo. El Enemigo está más arriba y está en nosotros.
Y tiene nombre: capitalismo. Digámosle al Sistema
quiénes somos, pero sobre todo, digámonos a nosotros
mismos quiénes somos.
El llamado lo sintetiza el Sup, que como sabemos, sólo
es un mediador entre nosotros: «Tenemos que hacer
hervir de nuevo la sangre de Emiliano Zapata en
nuestras venas y, como él, no para tomar el poder,
sino para levantar desde abajo, creciendo con la gente
humilde y sencilla, un movimiento que derroque a los
malos gobernantes, limpie nuestra patria de esos
ladrones capitalistas e inicie la construcción de otra
patria, de otro país, de otro México.»
Podemos pegar un cartelito fuera de casa, por las
calles, cada uno, bajita la mano, 2, 5, 10 carteles
simples impresos de la computadora o hechos a mano,
donde se invite a los que no tienen e-mail ni leen los
periódicos y viven a merced de la televisión (Se
adjunta una sugerencia). Sedición: un graffitero en
cada hijo te dio. Repartir unos volantes en una
esquina y luego desaparecer. Ampliar la invitación a
boicotear todo producto y servicio trasnacional.
Podemos dejar de ir a nuestra clase de inglés en una
franquicia; dejar de usar los servicios relacionados
(casi todos los bancos en México son extranjeros). No
usar internet ni celulares a menos que sea para la
lucha. Bienaventurados sean los hackers. Un día sin
televisión y sin música comercial. Mostrarle al
Sistema y mostrarnos a nosotros, en el consumo y en
nuestras acciones, quiénes somos. Esto puede darnos
pistas claras de quiénes podemos ser. Consagrar el 1°
de mayo al trabajo de reconocernos en lo Propio.
Es decir, quedarnos en el puro rechazo a lo gringo
sería desaprovechar la oportunidad de reflexionar a
fondo sobre quiénes somos los que rechazan y por qué
somos rechazados. De repensar quiénes somos Nosotros y
qué es lo Nuestro.
Podemos usar estos días previos para crear un ambiente
de opinión donde se discutan y cuestionen los
supuestos sobre los que se sustenta el actual estado
de dominación. Podemos orientar nuestras acciones
concretas (en la producción, la academia, la
burocracia...), para crear en nuestros ámbitos
cercanos una profunda discusión sobre la magnitud del
engaño con el que nos tienen sometidos.
Por ejemplo, y sólo como ejemplo, la discusión previa
podría derivar, el 1° de mayo, en multitud de pequeños
foros de reflexión, independientes, entre los cuates y
sus cuates, donde se revisara con todo detalle el
concepto de «trabajo». ¿Qué raíz judeocristiana
arrastra? ¿Qué sentido de poiesis puede tener? ¿Qué
despojo nos hizo el capitalismo al abolir el trabajo,
como señala André Gorz, poniendo a competir unos
contra otros por obtener ese trabajo que ya abolió?
¿Qué significa «ocio»?...
Discutamos si somos indígenas. ¿Cuándo comenzaron a
existir los indígenas y los indios en nuestra América?
¿Qué me hace o no me hace indio? ¿Existe una identidad
indígena? ¿Dónde está y quién manipula el
«Indiómetro»? ¿No será todo esto simplemente una
construcción ideológica que justifica la dominación, y
por ello deberíamos abandonar esa categoría para
comenzar a ver y nombrar lo que realmente somos, es
decir, no indígenas borrosos y sí pueblos Ayuujk,
Wirrarika, Buini xitza...?
¿Quiénes somos? ¿Individuos, Sujetos? ¿O más bien
Personas? ¿El mundo realmente se divide en Sujetos y
Objetos? ¿La Realidad es fragmentaria? ¿La educación
formal es la solución? ¿O qué? ¿Queremos Progreso,
Desarrollo, Democracia? ¿Por qué los partidos
políticos se gastan nuestro dinero? ¿Qué del viejo
Marx, de Freire, de Illich, de Foucault, de los Flores
Magón es útil conocer? ¿Qué querían Zapata, Cabañas,
Vallejo, Jaramillo? ¿Existe alguna solución al
narcotráfico más allá de la legalización? ¿Qué frutos
y limitaciones tiene la Otra Campaña? ¿Podemos todavía
echar para atrás el FOBAPROA? ¿Cómo nos organizamos?
No ver cine gringo está bien. Pero ¿no podríamos
reflexionar con otros el significado de tal negación?
¿Dedicar ese día, y otros muchos, a explorar el cine y
documental independiente? ¿Organizar un cine debate ex
profeso? ¿Programas especiales en las radios
comunitarias y piratas? ¿Perifoneo?
En fin, cada quien puede hacer lo que le venga en
gana, siempre y cuando haga algo «más allá de sus
habituales formas de lucha». Recordemos a San Juan de
la Cruz: «Para llegar al lugar que no conoces, debes
tomar el camino que no conoces».
Este llamado no es para convocar a una marcha, aunque
no excluye esa expresión. Ni busca suscripción de
ningún tipo. Es una invitación a explorar desde
nuestro espacio cotidiano las posibilidades de una
lucha que ya empezó y requiere de toda la imaginación.
Una invitación a reconocernos como el Nosotros que
somos.
Si estás de acuerdo, comunícate con tus amigos y
actúa.
Viva la Otra Campaña. Viva el Paisano Power. Vivan sus
hijos esclarecidos.
Atentamente
El Club de Nuestro Señor el Desollado
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saludos.