En primer lugar, es necesaria una fuente de fuego constante.
Una provisión constante de agua hirviente.
Un suelo que esté por siempre limpio.
Aparatos para limpiar, moler, rebanar, pelar y cortar.
Ingenio para apartar de la cocina los tufos y hedores
y ennoblecerla así con ambiente dulce y fragante.
Y también música, pues los hombres
--y las mujeres--
trabajamos mejor
y más alegremente allí donde hay música.
Y, ¡por último!, ingenio para eliminar las ranas de los barriles de agua de beber...

Sacado de las notas de Leonardo Da Vinci para una buena cocina

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