Notas lichiambulescas...

iv.
La familia pequeña vive mejor; pocos hijos para darles mucho. Familia acomodada. De buena familia, familia funcional. Familia nuclear burguesa. Casa, perro, coche. Vacaciones . Normalidad. Superarse; crecer, tener éxito; obtener reconocimiento social, prestigio, status. Méritos, alto desempeño, alto nivel académico. Stablishment. No meterse en problemas. Respetar la ley. Acudir a las obligaciones: escuela, trabajo. Sacar una cartilla militar. Nacer, crecer, reproducirse, morirse en paz. Trabajar, comprar, triunfar. Colgar los diplomas, exhibir los éxitos. Ser alguien en la vida. Echarle ganas. Pagar los servicios, comprar, pagar. Arribar, subir, ascender. Tener un mejor puesto, un mejor salario, a costa de lo que sea, a costa de quien sea. Avanzar a punta de codazos y puntapiés. Tener valores. Ser un gandalla. Sentar cabeza. Virtudes públicas, vicios privados. Mi abuelo emborrachándose hasta el amanecer encerrado en su cuarto, ocultando su vulnerabilidad ante sus hijos, sometiendo a mi abuela. Mi abuela apechugando, siempre apechugando. La mujer mexicana es entrona, abnegada, luchona. Madre sólo hay una. Mi abuela humillada por su esposo por las tonterías en la cabeza de su esposo, por las tonterías en el corazón de un pueblo hipócrita y conservador. Mi abuela más de 20 años de su vida embarazada, respetando la ley de dios. Mi abuelo, de traje, en inglés y en alemán, viajando por el mundo, decidiendo sobre el destino de cada uno de sus hijos, de 'su mujer'. La propiedad privada y el amor. La propiedad privada y el sexo. Sexo y amor disasociados por principio. Coger para reproducirse, reproducirse para.. ¿para qué? Ejercicio del poder en la casa, en la alcoba. Asesinato del alma, suicidio colectivo disfrazado de condiciones materiales y simbólicas para la reproducción de la existencia social. Educación, formación, socialización a punta de reglazos, cuerazos, amenazas, balazos al aire. Valores familiares. Patrimonio, Iglesia, Estado. Mi madre torturada por las monjas. Mi abuela amarrada a una cama por loca. Mi tía envenanada en el corazón por su tía, a sus 4 años. Mi abuelo muerto de alcohólico, mi abuela acusada por todos desde el pueblo. Mi abuela, suertuda, viuda. A los 36 años, viuda, con 8 hijos. La sociedad organizada. Mi abuela musical. Mi tío mayor huyendo a las montañas con los huicholes. Mi tía mayor casándose a los 18, con un grigo predicador cristiano, para luego tener un hijo, para luego salir huyendo de regreso. Mis tíos menores en la escuela pública, acometiendo la hazaña musical, haciendo teatro y canto popular y de protesta en las calles. Mi mamá aventurándose en Francia. Roto un saco, muerto un padre, descargada de patrón-dueño-hombre-marido una mujer cargada de hijos. Mi mamá tiene un novio-prospecto de patrón-dueño-hombre-marido a los 21 años. Se embaraza, como tantas y tantas y tantas mujeres, en los tiempos en que no era legal (eso fue mucho mucho tiempo), y decide libremente abortar, pero el cabrón no la quiere acompañar. Sale, de entre los restos de un reventón bohemio, un cuate del novio-prospecto que se propone a acompañarla, y la acompaña. Aparece en la historia, pues, mi papá.

Mi papá, ¿hijo bastardo, ilegítimo o huérfano? Una muchacha hermosa, en un pueblo cristero es cogida por un hombre a caballo, que viene de otro pueblo. Esta muchacha hermosa es ya de por sí hija de otra mujer hermosa --ignorante y pobre-- cogida por otro hombre de a caballo del dicho pueblo. Esta muchacha hermosa, bastarda o ilegítima, a sus 16 años pare a mi padre, bastardo o ilegítimo. Llega 3 años después otro hombre, citadino, liberal, más ilustrado que el hombre a caballo, un vendedor de medicamentos y ve a esta hermosa madre soltera de 19 años, y le dice que si se va con él, a otra ciudad, donde nadie los conozca, se casa con ella y le da dignidad como mujer. Pero que deje a su hijo, le dice. Y mi abuela, se va a una ciudad, deja a mi padre con la abuela (lo deja, lo deja), y se va a ser mujer de un hombre que la mantiene embarazada por los próximos 20 años. Los valores, la sagrada familia. Mi abuela tiene 10 hijos después de abandonar a mi padre.
De mi lado materno, León, Guanajuato. La familia entera llega a colonizar un pedacito del sur de la Ciudad de México. Con el sudor de la frente de mi abuelo, estudian todos en colegios privados. De mi lado paterno, Lagos de Moreno, Jalisco. Después de vivir, como cola de papalote de la familia de la tía (muerta la abuela), mi padre hace la prepa en Guadalajara y, a los 18 años, llega a vivir a la Ciudad de México. Mis papás abortan juntos, se enamoran, se descubren primos terceros (ambas mis abuelas resultaron primas segundas), se embarazan, se casan, nazco (en la colonia Portales). Somos chilangos. Es 1977. Y durante casi 12 años no nace nadie más. Luego llega mi hermano (a la colonia Cuauhtémoc) . Si yo fui una pastilla anticonceptiva olvidada; mi hermano, un condón con hoyito. Afortunadamente, hijos de la búsqueda y la fe en el amor, hijos amados.

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