Vacaciones infantiles,
Kinich Ahau, Emiliano Zapata, Cuernavaca:
fuerte olor a naftalina,
frío piso de cerámica encerada,
alfombras grandes y pachonas,
humedad sin sales en la pared;
comparto aliento de niña con hocico de dálmata;
chapuzón,
entrega sin tregua al agua,
los días entretejidos no duraban nada,
se perseguían gatos, pasteles se cocinaban,
orquídeas en recónditos recovecos, tocarlas a hurtadillas;
rojita y rasposa la nariz,
rojos y raspositos los hombros;
Manuela gritando ¡Consueeeeeeelo!
Alberto gritando ¡Consueeeeelo!
Tikal --el loro-- gritaba también ¡Consueeeeelo!,
y Consuelo -- mi madrina-- se hizo mezzosoprano.

Comentarios

Entradas populares